Pero lamentablemente no es el único acto de discriminación racial que tiene lugar en nuestras calles.
Inmigrantes bolivianos, paraguayos y peruanos son rechazados por su origen y sus costumbres.
Ciudadanos chinos y coreanos, también son resistidos y últimamente, inmigrantes de raza negra principalmente llegados desde Senegal sufren las consecuencias de los intolerantes que los desprecian por su color de piel.
Si bien todavía son excepcionales los ataques mortales como en otras latitudes del mundo (Europa tiene graves problemas raciales) creo que el tema merece nuestra reflexión y la decisión de educar para la inclusión y la tolerancia.
Pensando en estas cosas, recordé una historia que protagonizó el Pastor Bautista Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz y luchador incansable por la igualdad de derechos, que nos deja una profunda enseñanza.
"En cierta ocasión Martín Luther King se encontraba a punto de dar una de sus famosas conferencias acerca de los derechos humanos, cuando notó que un pequeño niño de color negro se encontraba al frente de su auditorio. Se sintió sorprendido y preguntó a uno de sus ayudantes, al respecto, este le indicó que había sido el primero en llegar.
Cuando terminó su discurso se soltaron globos de diferentes colores al cielo, los cuales el pequeño no dejaba de mirar. Esto llamo la atención de Martin Luther King, quien abrazándolo lo levantó en brazos.
El pequeño lo miró fijamente y le preguntó: "¿Los globos negros también vuelan al cielo?"
Martin lo miró dulcemente y le contestó:
"Los globos no vuelan al cielo por el color que tengan, sino por lo que llevan dentro... "
"Los globos no vuelan al cielo por el color que tengan, sino por lo que llevan dentro... "
¿Llegará el día en que los hombres aprendamos a mirarnos como Dios nos ve, y no según el color de nuestra piel?
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