"Desde hace 505 años, el David que Miguel Angel imaginó antes o después de enfrentar a Goliat, resiste erguido. Resiste porque sobrevivió a la sacudida de un rayo, a la amputación de un brazo, a un temblor y a un loco que lo atacó a martillazos. Pero las consecuencias no fueron gratuitas para este ícono renacentista de armonía: tiene grietas que amenazan su estabilidad y los investigadores temen que no resista un terremoto. Por eso, por primera vez en sus años de "vida", cuatro universidades se unieron para diseñar proyectos digitales, estudiar su "estado de salud", descifrar por qué se originan las grietas que podrían desestabilizarlo y salvarlo de sufrir más daños."
Esa es la noticia que da cuenta de los esfuerzos por mantener en perfectas condiciones a el "David", una de las obras de arte más admiradas de la historia. ¿Pero cuántos de los millones que han mirado su imagen, tienen una visión completa del hombre que rememora la escultura?
David fue un hombre que vivió la vida apasionadamente. Versátil como pocos, se destacó en numerosas facetas y fue un triunfador en todo lo que emprendió.
Pastor de ovejas durante su primera juventud, demostró su coraje matando osos y leones para proteger su rebaño.
Excelente músico, ejecutaba maravillosamente instrumentos.
Valiente soldado, defendió a su pueblo enfrentando al gigante Goliat, un guerrero más experimentado y fuerte que él.
Compositor y poeta, escribió cientos de Salmos que actualmente continúan siendo de inspiración para la vida espiritual de millones de personas que adoran a Dios a través de sus creaciones.
Gran estratega militar, llevó a su ejército a la victoria conquistando tierras y posesiones.
Líder político y sabio gobernante, fue el mejor rey que tuvo Israel en su historia.
Pero no fueron estas actividades la prioridad en su vida: lo más trascendente en la vida de David fue la profunda relación que lo unía a Dios. Buscaba cada día su consejo y su propósito antes de tomar cualquier decisión. Y aunque, como hombre, tuvo sus defectos y cayó en situaciones reprochables, aún siendo poderoso estuvo dispuesto a humillarse ante El, reconocer sus errores y cumplir su misión con responsabilidad.
David, el hombre destrás de la escultura.
David, un hombre de acuerdo al corazón de Dios, digno de nuestra admiración.
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