"La casa está en orden" y "Felices Pascuas" son dos frases que han quedado unidas en el imaginario colectivo de nuestro pueblo debido al recordado discurso que el fallecido Presidente Raúl Alfonsín dirigió a los argentinos el 19 de abril de 1987, luego de apaciguado el levantamiento carapintada de Aldo Rico y sus secuaces.
Estas líneas pretenden despojar a aquellas palabras de toda implicancia histórica y política. No analizaré la actuación del Presidente, ni la de los militares sediciosos, ni las desafortunadas consecuencias jurídicas que tuvo el acuerdo para negociar la rendición. Mucho se ha escrito sobre ello y mucho tiempo ha pasado ya como para volver a hacerlo.
No se cual habrá sido la inspiración de Alfonsín para expresar sus sentimientos de esta manera, pero en estos días tiene una connotación aleccionadora.
La casa es la familia, los afectos, la vida.
Si la casa está en orden, Felices Pascuas!
Si la casa no está en orden, hay esperanza! Jesucristo resucitó para poder vivir en ella y poner cada cosa en su lugar.
En estas Pascuas El está golpeando la puerta de tu casa. Que vas a hacer? Lo vas a invitar a entrar o lo vas a dejar afuera como en Navidad?
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