lunes, 6 de abril de 2009

La importancia del "buen nombre"


"Vale más el buen nombre que el buen perfume.Vale más el día en que se muere que el día en que se nace" Salomón. Eclesiastés 7:1 La Biblia.
“Cristal, porcelana y reputación se rompen con facilidad y nunca se arreglan bien” Benjamin Franklin.


Cuando se confirma la llegada de un hijo, los padres se abocan a la feliz y urgente tarea de encontrar un nombre para su heredero. Muchos utilizan la guía de libros que explican el origen y el significado de miles de nombres posibles. Algunos se inclinan por nombres de protagonistas de novelas, películas o libros que han sido de su agrado. Hay quienes eligen los nombres de jugadores de fútbol o artistas que admiran. Otros son afectos a poner a sus hijos nombres bíblicos.
Si bien es cierto que a algunos padres sus hijos deberían demandarlos por daños y perjuicios debido a elecciones de dudoso gusto, en general se tiene clara conciencia que la decisión es trascendente por cuanto el nombre nos acompaña, para bien o para mal, durante toda la vida.

Pero más allá de este aspecto literal del significado de tener un "buen nombre", esta expresión encierra otra dimensión más importante y más profunda. Se trata de la dimensión moral.
En este plano, tener "buen nombre" consiste en la indentificación del nombre con el elevado concepto social que se tiene de la persona que lo porta. Es el respeto y admiración que despierta por la coherencia que se advierte entre los principios éticos sostenidos y la conducta de vida. Es gozar de crédito por una trayectoria de convicciones firmes y acciones honestas.

Como padres, la tarea de elegir un nombre estéticamente bello puede tomarnos algunos meses.
Asumir el compromiso de legar un nombre éticamente irreprochable nos insumirá toda la vida.
Pero vale la pena. Un "buen nombre" es la herencia más importante que le podemos dejar a nuestros hijos.



Nota del autor: Vayan estas palabras como humilde homenaje al Ex Presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín y a modo de comprobación de la tesis, veáse la inesperada preeminencia que ganará su hijo Ricardo del mismo valioso apellido, en vísperas de las próximas elecciones.

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