jueves, 26 de marzo de 2009
De progresistas y retrógrados
"Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa"
Montesquieu (1869/1755) Escritor y político francés
La onda despenalizadora llegó a la Argentina.
De la mano de un gobierno afecto a la demagogia, en los medios de comunicación se debaten la despenalización del aborto y la despenalización de la tenencia de estupefacientes para consumo personal.
Algunas organizaciones y corrientes que promueven eliminar del Código Penal la interrupción dolosa del embarazo y el consumo de sustancias hasta ahora prohibidas se llaman a si mismas "progresistas".
Yo estoy confundido o "progresista" es aquel que promueve el "progreso"?
Según el diccionario de la Real Academia española "progreso" significa: Acción de ir hacia adelante. Adelantamiento, perfeccionamiento.
En una definición más relacionada con lo político se entiende que progreso es el movimiento de avance de la civilización y de las instituciones políticas y sociales.
En filosofía: el desarrollo gradual e indefinido de la sociedad, de sus condiciones materiales de existencia y de sus aptitudes o capacidades intelectuales y morales.
Si ser progresista es defender estos ideales entonces yo soy progresista!
Ahora bien, me van a tener que disculpar, pero si ser "progresista" significa pretender que el Estado se dedique a matar niños por nacer que han sido concebidos de manera irresponsable o por no estar dispuestas las madres a preservarles la vida en pro de diversas razones personales que a su entender son suficiente fundamento para la eliminación de una persona, y permitir con beneplácito que la tenencia de sustancias tóxicas sea legal para que los adictos tengan la libertad de destruir sus neuronas, sus vidas y sus familias, entonces tienen toda la razón del mundo en llamarme "retrógrado".
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