viernes, 27 de marzo de 2009

Cadena de responsabilidades


"Haz una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad está llena de violencia. " Ezequiel 7:23 La Biblia.

Las veredas de mi ciudad son como las de cualquier ciudad. Guardianes involuntarios de los vestigios del paisaje, de los usos y costumbres de los lugareños.
Las veredas de mi ciudad siempre tuvieron restos de flores de tilos en los barrios, de naranjas en calle 49, de papelitos de festejos futboleros en 7 y 50 (casi siempre rojos y blancos), de envoltorios de golosinas y latas de gaseosas en el centro, y de perros por todos lados.
Pero ya hace un tiempo que las veredas de mi ciudad amanecen con manchas extrañas, estremecedoras.
Es sangre derramada. Quizás no las veamos porque las manchas de sangre se limpian rápido ya que a nadie le gusta verlas. Pero el dolor y la tristeza que producen permanecen por mucho tiempo.

Cuando la tierra recibe agua recibe vida. Se humedece, se enriquece, se hace fértil.
Cuando la tierra recibe sangre recibe muerte. Se seca, se empobrece, se hace estéril.
La lluvia y el rocío vienen del Cielo, es Provisión Divina. La recibimos por gracia.
La sangre derramada es responsabilidad nuestra.

En la cadena de responsabilidades para construir una sociedad más justa y pacífica cada uno de nosotros es un eslabón y tiene una función que cumplir:
Padre, educador, pastor.
Legislador, policía, juez.
Gobernante, funcionario, ciudadano.
Músico, artista, periodista.
Trabajador, profesional, empresario.
En la villa, en el barrio o en el country.
Que el nuestro no sea el eslabón débil que haga que la cadena se corte.

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